La frutilla (Fragaria × ananassa), cultivo de alto valor en Latinoamérica y el mundo, es muy susceptible a enfermedades del género Phytophthora que atacan raíces, coronas y frutos. Estas pudriciones pueden provocar marchitez, caída de plantas jóvenes y pérdidas considerables de rendimiento, especialmente en condiciones de exceso de humedad. Phytophthora se ha vuelto muy relevante en la última década para productores de frutilla: por ejemplo, Phytophthora fragariae —agente de la “estela roja”— está presente en practicamente todos los países productores de frutilla.

Otro ejemplo, la “pudrición del cuero” (leather rot) causada por P. cactorum puede causar pérdidas sustanciales de frutos en años húmedos. En esta entrada revisamos las características de Phytophthora, las especies clave que afectan la frutilla, sus síntomas típicos y las estrategias de manejo (agrícolas, culturales, químicas y biológicas) para combatirlas.
¿Qué es Phytophthora? Morfología y ciclo de vida
Una de las curiosidades de este patógeno es su nombre, que se construye de dos palabras griegas: Phytón (φυτόν) = «planta» y Phthorá (φθορά) = «destrucción o ruina», por lo que lieralmente su significado es «El Destructor de Plantas».
Phytophthora es un género de oomicetos (Oomycetes), microorganismos similares a hongos, pero filogenéticamente más cercanos a las algas. No son hongos verdaderos, aunque forman hifas filamentosas y estructuras reproductivas parecidas. En su ciclo biológico destacan reproducción asexual (esporangios que liberan zoosporas flageladas) y sexual (oosporas resistentes).

Por ejemplo, las oosporas sobreviven largos períodos en el suelo o restos vegetales y, al germinar, producen esporangios que liberan zoosporas nadadoras que infectan raíces (atraídas por exudados radiculares). Estas zoosporas son muy móviles en agua, por lo que Phytophthora prospera en suelos con exceso de humedad, inundaciones o sobre-riego. Los esporangios también pueden germinar directamente como tubos germinativos. Además, algunas especies forman clamidosporas (células de pared gruesa) para sobrevivencia en condiciones adversas.

Las estructuras morfológicas incluyen hifas cenocíticas (sin septos), esporangios elípticos o piriformes que a menudo tienen papilas en el extremo, y oosporas (esporas sexuales esféricas de pared gruesa). Por ejemplo, P. cactorum forma colonias fúngicas de color blanquecino y produce oosporas esféricas (24–30 µm) después de la fecundación del oogonio. Las esporangios se observan frecuentes en tejido vegetal infectado y pueden dispersarse por salpicaduras o viento.
En resumen, el ciclo de Phytophthora combina esporas móviles (zoosporas), resistentes (oosporas) y esporangios que permiten su rápida multiplicación en condiciones de alta humedad. Los patógenos infectan típicamente desde la raíz hacia arriba, invadiendo coronas y tallos basales, y pueden quedar latentes hasta que las condiciones sean favorables.
En general, la infección ocurre en suelos mal drenados o encharcados, con riego excesivo o lluvias prolongadas. Suelos pesados, compactados o con alta retención de humedad favorecen el desarrollo de la enfermedad. Las temperaturas moderadas (alrededor de 15–25 °C) suelen ser óptimas para esporulación y movimiento de zoosporas. Por el contrario, suelos bien aireados y sembrados en pendientes con drenaje natural reducen el riesgo. En viveros y trasplantes, la contaminación por agua con esporangios o puntas infectadas puede iniciar focos de enfermedad en condiciones de alta humedad ambiental.
Principales especies de Phytophthora en frutilla y sus síntomas
En total se han identificado más de una decena de especies de Phytophthora asociadas a pudriciones radiculares y de corona en frutilla. A continuación describimos las más importantes en orden de relevancia. Los síntomas varían según la especie y el órgano infectado. En campo y vivero se observan:
- Estela Roja por Phytophthora fragariae: Causa la pudrición roja de raíces. Este patógeno específico de la frutilla fue identificado en 1941 y está presente en prácticamente todos los países productores de frutilla. Produce un colapso generalizado de la planta al dañar el sistema radicular. Activo en ambientes fríos a templados y suelos muy húmedos, P. fragariae infecta las raíces tras las primeras lluvias otoñales y permanece activo en invierno. En primavera, bajo clima fresco y lluvioso se propaga rápidamente en suelos mal drenados. Varias razas del patógeno han sido reportadas, por lo que un cultivar resistente en un campo puede ser susceptible en otro con raza distinta. En raíces invernales de plantas afectadas, el centro (estela o corazón) se tinge de rojo vivo, tornándose café y luego negro, mientras la corteza externa permanece blanca. En primavera, las raíces laterales finas se destruyen dejando las raíces principales con aspecto de “cola de rata”. Las plantas infectadas presentan raquitismo: hojas nuevas cloróticas o azuladas sin brillo normal, y hojas viejas con tonos amarillos, naranjas o rojos (de ahí “corazón rojo” u “hojas quemadas”). Con el avance del calor, las plantas colapsan por falta de raíces funcionales.

En general, las plantas afectadas muestran pocas raíces finas y raíces gruesas necróticas de color marrón-negro. Se presenta marchitez progresiva que termina en muerte de plantas, sobre todo bajo estrés hídrico. Las raíces agonizantes a menudo presentan oosporas visibles al raspado, círculos esféricos de pared gruesa (imagen de microscopía). Al tirar la planta, el tejido de corona roto revela claramente la sección necrótica.
- Pudrición de Corona por Phytophthora cactorum: (pudrición de corona y pudrición del cuero). Es un patógeno generalista que ataca corona y fruto. P. cactorum produce oosporas en coronas infectadas que sobreviven largo tiempo en el suelo; en primavera, con suelos saturados, forma zoosporas que infectan las coronas por heridas. Prefiere condiciones cálidas y húmedas, y aparece en suelos mal drenados o tras días lluviosos en climas cálidos. En contraste con P. fragariae, las raíces de plantas con pudrición de corona suelen permanecer sanas o poco afectadas. Al analizar la corona se aprecia un oscurecimiento interno profundo del tejido vascular (marrón rojizo o negro). Las hojas superiores de las plantas marchitas pueden mostrar bordes curvados color marrón-rojizo (síntoma de “sequía” en la hoja). Al arrancar la planta, la corona se rompe limpiamente mostrando tejido necrosado. Las raíces que se adhieren a la corona suelen ennegrecerse en el punto de unión.


- Pudrición del Fruto (Pudricion del Cuero) por Phytophthora cactorum: Curiosamente, P. cactorum también causa la “pudrición del cuero” o “podredumbre del fruto”, especialmente en sistemas de camellones húmedos. Los frutos infectados por P. cactorum a diferencia de otras pudriciones fúngicas, son duras y coriáceas, con manchas marrones y frecuencia de micelio blanco superficial. En fruto verde, el área infectada puede mantenerse firme con bordes marrones; en fruto madura se vuelven marrones rojizas oscuras en la superficie y la pulpa a veces adquiere un tono púrpura en el tejido vascular. Bajo humedad alta aparecen filamentos miceliarios blancos sobre la fruta. Eventualmente la fruta se seca y arruga, su sabor es amargo y emana un característico aroma debido a los compuestos químicos que se generan. Este síntoma, conocido como “pudrición del cuero”, es característico en años de lluvia o en mallas de riego mal cubiertas.

- Otras especies de interés: Además de las anteriores, se registran otras Phytophthora en frutilla. Por ejemplo, P. cambivora y P. cinnamomi pueden infectar raíces de frutilla en suelos pesados; P. citricola y P. cryptogea también ocasionan pudriciones radiculares en viveros. P. rubi, originalmente asociado a frambuesas, puede causar síntomas similares en frutilla en Norteamérica. También se han detectado P. drechsleri, P. erythroseptica y P. megasperma en frutilla, aunque con menor frecuencia. En general, estas especies adicionales suelen presentarse en suelos pobres en drenaje o climas húmedos, amplificando la severidad de las enfermedades cuando coexisten con P. fragariae o P. cactorum.

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En resumen, las señales más diagnósticas son coronas o raíces internamente negras/rojas, plantas colapsadas, y frutos con manchas oscuras coriáceas de olor químico. Un análisis cuidadoso (corte de raíces y corona) suele confirmar la pudrición de Phytophthora.
Estrategias de manejo preventivo y curativo
Para manejar Phytophthora en frutilla se recomienda un enfoque integrado que combine prácticas agronómicas, culturales, químicas y biológicas. A continuación se detallan las principales medidas en cada categoría:
Medidas agronómicas
- Rotación y cultivo sucesivo: Evitar replantar frutilla en el mismo sitio por varios años. Rotar con cultivos no hospederos (p. ej., gramíneas, cereales o leguminosas) durante 2–3 años reduce los inóculos de Phytophthora. (Nota: P. fragariae tiene hospederos muy específicos, por lo que el maíz o trigo pueden ayudar a “limpiar” el suelo).
- Drenaje del suelo: Seleccionar sitios con buen drenaje natural y elevar lo suficiente los camellones de cultivo. Plantar en camellones de mínimo 30–35 cm de alto mejora el escurrimiento del agua. Instalar surcos o drenajes subsuperficiales para evitar encharcamientos.

- Selección de sitio: No instalar cultivos de frutilla en depresiones, fondales o suelos propensos a inundaciones. Es mejor evitar tierras bajas donde se acumule agua superficial. Asimismo, aunque suene obvio, consultar y elegir sectores sin historial de Phytophthora conocido.
- Subsolado y solarización: Realizar labranza profunda (ej. subsolado 40–50 cm) para romper capas impermeables. En climas muy calurosos, la solarización de suelo con film plástico transparente durante 4–6 semanas en verano puede reducir la población de oosporas.

- Variedades tolerantes: Emplear material de plantación certificado y resistente. Aunque ninguna variedad es completamente inmune, estas pueden retrasar el avance de la enfermedad si son moderdamente resistentes.
- Camellones y surcos limpios: Antes de trasplantar, remover todos los restos vegetales de cosechas anteriores (hojas, coronas, raíces) para reducir fuentes de inoculo. Si se realizan podas o deshojes, eliminar del campo los restos es la opción más segura.

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- Control de malezas y cobertura: Mantener el cultivo libre de malezas (que compitan por drenaje o atraigan hongos) y emplear mulching orgánico (paja, follaje seco) o plástico para evitar salpicaduras de suelo sobre coronas y frutos. Esto reduce la dispersión de esporangios por agua.
- Sanidad y aseo de implementos: Higienizar herramientas y equipos (limpiar tierra adherida al mover surcos o camas). Evitar el ingreso de maquinaria a campos infectados a menos que se limpie previamente. Suspender el riego por aspersión en algunos sistemas para bajar temperatura, control de heladas o aumentar humedad relativa, ya que salpica suelo o inóculo hacia las coronas.
- Monitoreo constante: Revisar periódicamente el cultivo en busca de síntomas iniciales de pudrición. Inspeccionar coronas o raíces de plantas sospechosas. Realizar corte transversal o longitudinal en las coronas para verificar avance de la infección.
- Control de agua: Utilizar sistemas de riego que eviten humedad excesiva (como el riego por goteo, por ejemplo). Filtrar el agua de riego si es posible, o alternar caudales para no encharcar una misma área. No reutilizar agua estancada.
- Manejo integrado: Integrar las prácticas anteriores en un programa que equilibre beneficios agronómicos y culturales, en lugar de depender solo de un método. Por ejemplo, combinar usp de camellones altos (agronómico), solarización (agro), aseo continuo (cultural) y monitoreo con el fin de mantener baja la presión de inóculo desde el inicio.
Manejo Químico
Los fungicidas son herramientas clave, especialmente preventivos. En general hay dos grupos importantes para Phytophthora:
- Fosfonatos o Fosfitos (fungicidas sistémicos): Incluyen Fosetil-Aluminio, Fosfito Potásico y similares. Estos compuestos tienen acción tanto preventiva como cierta curativa temprana, y además inducen resistencia sistémica en la planta. Aplicados al suelo o foliares, penetran el sistema vascular y refuerzan defensas contra el patógeno. Son efectivos para controlar P. fragariae y P. cactorum, pero requieren aplicaciones repetidas según instrucciones (por ejemplo, cada 30–60 días en primavera).

- Fenilamidas y derivados: Metalaxil y Mefenoxam (FRAC 4) –tradicionalmente usados – inhiben Phytophthora, aunque se ha reportado desarrollo de resistencia en varios países. Deben aplicarse preventivamente al trasplante y durante la temporada, nunca como único método curativo.
- Otros fungicidas registrados: Dimetomorf, Oxathiapiprolin, Cymoxanil, Etridiazol u otros productos para oomicetos pueden incluirse en rotaciones de fungicidas. Cada región tiene formulaciones autorizadas diferentes, por lo que es importante consultar la etiqueta del país.
- Consideraciones: Alternar fungicidas con distinto modo de acción previene resistencias (FRAC 4 alternado con P07). No usar productos de contacto a base de cobre en exceso vía riego, pues puede dañar la raíz y favorecer aún más la infección por Phytophthora. Las aplicaciones químicas son más efectivas cuando se aplican tempranamente (previo o justo después de la siembra/transplante) y en combinación con medidas culturales.
Manejo Biológico
Los agentes biológicos ofrecen control ecológico de Phytophthora. Aunque son complementarios de medidas anteriores, pueden integrarse en viveros y campo:
- Trichoderma spp.: Hongos saprófitos (ej. T. harzianum, T. viride, T. atroviride) que colonizan la rizósfera. Producen enzimas (quitinasas, glucanasas) que lisan las paredes de Phytophthora y compiten por espacio y nutrientes. Algunos estudios demuestran que enmiendas con compost o harina de neem favorecen la proliferación de Trichoderma, reduciendo la incidencia de estela roja. Pueden aplicarse como granulado en el suelo o empaque en inóculos.

- Bacillus spp.: Bacterias benéficas (ej. B. subtilis, B. amyloliquefaciens, B. altitudinis) en formulaciones comerciales diversas. Producen antibióticos y surfactantes que inhiben zoosporas, además de inducir resistencia sistémica en la planta. Aplicadas al suelo o al follaje, pueden reducir las poblaciones de esporangios y estimular crecimiento radicular fuerte.
- Otros antagonistas: Ciertas Pseudomonas fluorescens y cianobacterias también han mostrado antagonismo contra Phytophthora. En países como Chile se investiga el uso de micorrizas arbusculares o cepas nativas de microbios para mejorar resistencia de la planta.
💡 Tip del Asesor Fragaria 🍓
Dentro de las estrategias amigables con el ambiente se encuentra el uso de Soluciones Peroxiacéticas (mezclas de ácido peracético, peróxido de hidrógeno, ácido acético) que han demostrado tener un efecto significativo tanto a nivel de vivero, lavado de plantas en pre transplante en campo, como también curativo a la hora de enfrentar a Phytophthora cuando ya está en tu campo.
Úsalas también para desinfección de tus suelos para otras enfermedades, o bien matén una dosis periódica en tu agua de riego para mantenerte libre de contaminación de hongos en la zona de raíces.
La eficacia biológica depende mucho del ambiente. En suelos muy calientes o ácidos, su rendimiento puede disminuir. Requieren buen suministro de materia orgánica (compost) para su establecimiento. No erradican la enfermedad por sí solos, pero son útiles para complementar el control químico al mejorar la salud general del suelo y planta.
Tabla comparativa de eficacia y consideraciones de los métodos de manejo
Tipo de control | Ejemplos de medidas o productos | Ventajas / Eficacia / Limitaciones |
---|---|---|
Químico | Fosetil-Al, Fosfito potásico, Metalaxil/Mefenoxam, Dimetomorf, Oxathiapiprolin, etc. | Ventajas: – Alta eficacia preventiva: protegen la planta antes de la infección. – Acción sistémica rápida (fosfitos estimulan defensa). – Útil para curar infecciones iniciales en corona. Limitaciones: – Riesgo de resistencias (especialmente FRAC 4), residuos químicos y restricción de usos (plazo de seguridad). – Debe aplicarse constantemente (previa siembra y repetida en la temporada). Nunca plantear estrategias solo con fungicidas. |
Biológico | Trichoderma harzianum, Bacillus subtilis, Pseudomonas spp., Soluciones peroxiacéticas, etc. | Ventajas: – Sustentable y seguro para el medio ambiente. – Refuerza microbioma del suelo y puede colonizar raíces todo el año. – Acción preventiva: suprime Phytophthora en suelo y rizósfera, induce defensas vegetales. Limitaciones: – Eficacia menor en condiciones muy adversas, efectos más lentos. – Requiere manejo apropiado (temperatura, materia orgánica) y suele ser complemento del control químico. |
Cultural | Rotación de cultivos (no hospederos), camellones altos, drenaje, solarización, mulch, limpieza de residuos, control de malezas, monitoreo. | Ventajas: – Muy importante para reducir la presión de enfermedad. – Implementable en campo: camellones altos y mulch reducen el contacto con suelo infectado. – Rotación y sanidad del vivero disminuyen inóculo inicial. – Mejora la salud general del cultivo, previene múltiples enfermedades. Desventajas: – Eficacia moderada por sí sola, no elimina oosporas persistentes. Imprescindible combinar estrategia con otros métodos. |
¿Se puede combatir a Phytophthora de manera eficaz en Frutilla?
La respuesta en un sí, se puede. El manejo de Phytophthora en frutilla debe ser integrado y preventivo. Conocer el patógeno (morfología, condiciones de desarrollo) y sus síntomas ayuda a actuar a tiempo. Recomendamos combinar prácticas agronómicas (camellones elevados, rotación, variedades tolerantes), culturales (higiene, control de humedad, mulch) y químicas (uso estratégico de fosfitos y fungicidas sistémicos) con biológicos (Trichoderma spp., Bacillus spp). Mantener monitoreo frecuente y alternar métodos de control maximiza la eficacia a largo plazo.
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